asociación de caballistas del Nordeste de Segovia: Entrevista a Ruth Pedraz (Vellosillo)

Ruth vive en Vellosillo desde hace 8 años en una granja ecológica donde vive conectada con la naturaleza y trata de ser autosuficiente. Comenzó a montar cuando llegó al pueblo, contando en estos momentos con una cuadra con cinco caballos.

¿Cómo fue tu inicio y proceso de aprendizaje en el mundo de los caballos?

Al poco tiempo de venir a vivir a Vellosillo, llegó nuestro primer caballo, Aquiles. Yo no sabía nada de este mundo, aparte de alguna pequeña salida al campo en familia. Como estaba solo, nos seguía a todas partes y su manejo de cuadra era bastante sencillo, aunque yo no conseguí conectar con él, quizá por mi falta de conocimiento y experiencia. Comencé a montar de vez en cuando pero no tenía ninguna base técnica, así que no me daba confianza y empecé a dar clases en la Hípica de Grajera. Enseguida llegó Sabio, un caballo mayor, con mucha doma que nos ha enseñado mucho. Al poco tuve un percance y pasaron meses hasta que volví a acercarme a ellos. Poco a poco se me fue pasando y decidí volver a montar, esta vez con Sabio en La Tinada del Cadagua.

Durante todos estos años he seguido montando con todos nuestros caballos (excepto Flamenca, una yegua un poco problemática), hemos hecho rutas, paseos más cortos por el campo, pista, mucho trabajo pie a tierra y he ido descubriendo y adquiriendo una relación distinta con cada uno de ellos. Con Yegua he tenido momentos en los que he disfrutado muchísimo, aunque tiene un carácter muy fuerte y en el campo he de reconocer que sigo teniendo miedo. Con Angelasa, la yegua de Marina Alcaide que vivía en nuestra cuadra, llegué a conectar, pero desgraciadamente duró poco, pues murió hace unos años. Y ahora estoy empezando a disfrutar con Tempranillo y los otros caballos, gracias a Isabel Casado, que tiene mucha paciencia y me está ayudando mucho a adquirir confianza en mí misma y en el caballo.

A lo largo de estos ocho años he tenido experiencias muy buenas y también malas, pero gracias a la pasión de Jorge y su empeño he podido superarlas. En estos momentos he llegado por fin a una etapa en la que solo quiero disfrutar de este mundo y seguir aprendiendo poco a poco, a mi ritmo, sin ninguna prisa.

¿Qué sensaciones tienes viviendo con una manada de cinco caballos?

Esto es lo que más me gusta, compartir mi vida con ellos. Observándoles aprendes mucho, cada caballo tiene un carácter distinto, ves cómo se comunican entre ellos y cada vez entiendo más su comunicación con nosotros.

Muchas veces siento que disfruto más cuidándoles que montando. Cuando alguno tiene alguna herida o simplemente notas que le pasa algo, me acerco a ellos y me olvido de mis miedos para ayudarles

Y lo más bonito, sin duda, ha sido ver nacer y crecer a nuestro potro, Viento de Vellosillo.

¿Qué tipo de equitación practicas?

Me gusta mucho la doma clásica y practico sobre todo en la pista. De vez en cuando salgo al campo, pero todavía no me siento muy segura. En pista tengo más confianza y creo que necesito adquirir esta misma confianza que me da la pista con un poco más de técnica para poder disfrutar de verdad en el campo.

También me gusta mucho trabajar con ellos pie a tierra. Fue Jorge quien me enseño esta disciplina y después me ayudó mucho Silvia Garcia Estevez con el curso de Parelli que organizó la Asociación. De esta forma es cuando realmente he sentido que me he conectado con los caballos.

Has participado en la organización de casi todos los concursos que ha organizado la Asociación de Caballistas ¿Cómo ha sido la experiencia?

Si, la experiencia ha sido muy positiva, y creo que con cada uno de los concursos hemos ido aprendiendo y mejorando. Además, personalmente me gusta mucho la organización de cualquier tipo de eventos.

Por último, aprovechamos para preguntarte sobre tu vida en el pueblo y qué recomendaciones harías a toda esa gente que está buscando un pueblo para irse de la ciudad.

Yo estoy realmente encantada de vivir en un pueblo. No voy a repetir las ventajas que todo el mundo sabe, contacto con la naturaleza, tiempo, etc… Lo más importante es tener la valentía de hacerlo si verdaderamente quieres y olvidarte de lo que opinen los demás. Desde hace muchos años se ha venido menospreciando la vida en el pueblo y la sociedad ha impuesto una forma de vida urbanita, consumista e insostenible.