María Sanz Ventureira es vecina de Boceguillas, tiene 23 años y lleva varios años montando a caballo. Su sueño es ser veterinaria y dedicarse a los caballos, algo que en estos momentos tiene que decidir, así como el lugar donde arrancará su vida profesional, tras terminar la carrera de veterinaria. Es una de las multidisciplinares jóvenes amazonas de la comarca a la que se puede ver en los encierros de toros o participando en un raid.
¿Como empezaste a montar a caballo? ¿Como aprendiste a montar?
Empecé a montar muy pequeña en "La Hípica de Grajera". Cuando tenía algún día libre, aprovechaba para ir y dar un paseo. El problema empezó cuando tenía 7 años, ya que sufrí mi primer ataque de alergia. Tras hacerme las pruebas me dieron la peor noticia: positivo a gato, perro y caballo. Dejé de montar radicalmente durante un tiempo, el cual aproveché para vacunarme y así tratar mi alergia. Retome la equitación cuando Víctor trajo sus caballos a la finca de Boceguillas hace 7 años. Fue como volver a aprender desde el principio, pero tanto Lucas como Whisky, dos de los caballos de la cuadra, me dieron la oportunidad de soltarme y coger confianza. Son caballos que te enseñan pero que a la vez te ponen a prueba. La conexión jinete-caballo era muy buena y en poco tiempo empecé a montar a todos los caballos y potros de la finca. Mi mayor inconveniente es que solo puedo ir a Boceguillas en puentes o vacaciones, por lo que los días que estoy allí, aprovecho hasta el último rayo de sol.
Montas en la cuadra de Víctor Martín en Boceguillas, ¿Qué nos puedes contar de esta emblemática cuadra privada?
Tengo que agradecer todo lo que se tanto a Víctor cómo a Mariano. Siempre me dan consejos, tanto en el campo como en los encierros. Como he comentado antes, siento que tengo una relación especial con todos los caballos de su cuadra y, a pesar de que no tengo caballo propio, cuido a cada uno de ellos como si fuesen míos. El sistema de manejo de la finca permite que los caballos disfruten de estar sueltos siempre que el tiempo lo permite, y eso hace que cada vez que salgamos al campo, el caballo este más tranquilo. Todo el entorno de Boceguillas es monte con camino por los que hacer rutas con las mejores vistas a la sierra, por lo que la cuadra no podría estar en un sitio mejor.
Sobre la carrera de veterinaria ¿cuál ha sido tu experiencia?
Cuando empecé a estudiar tenía claro que la veterinaria era mi pasión, pero no sabía aún a qué especie dedicarme. Conforme pasaban los años, me iba acercando más al mundo del caballo y me alejaba del resto de especies. Mis problemas de alergia han terminado por hacerme decidir que los pequeños animales (perros y gatos) no eran lo mío, y he seguido los pasos para especializarme como veterinaria equina.
Como en la facultad de Lugo no tenía la oportunidad de formarme adecuadamente por la escasez de caballos, decidí irme un año a estudiar a Cáceres. Allí colabore como alumna interna en el departamento de cirugía equina y en el de reproducción equina durante un año. Anteriormente ya había hecho prácticas en el servicio de caballos de la universidad Complutense de Madrid, por lo que sabía que esto era lo que realmente me gustaba.
Actualmente, acabo de terminar las prácticas de fin de carrera, las cuales he realizado en una yeguada en Sevilla y con un veterinario de medicina deportiva en Madrid.
En el mes de febrero, voy a tener la oportunidad de irme a Alemania a trabajar como veterinaria en la yeguada Schokomöhle, una de las yeguadas más grandes de Europa que cuenta con 7000 animales y 1600 partos por temporada. Creo que es una gran ocasión para empezar en el campo de la reproducción equina y seguir mejorando con un buen equipo de profesionales.
¿Como ves la posibilidad de poder trabajar en el nordeste segoviano y en tu especialidad?
A pesar de haber vivido en 5 ciudades diferentes, dónde más a gusto me siento siempre es en casa. Por una parte, creo que en la zona del nordeste falta un servicio veterinario especializado, pero siendo realista, creo que es complicado debido a la población de caballos que hay. Tanto el campo de la reproducción como el de la medicina, requieren un elevado número de animales para que sea rentable desarrollar la actividad. Siempre he querido volver a vivir de forma continua en Segovia, por lo que espero en un futuro poder combinarlo con mi profesión.
¿Encierros de toros o raids, cuál es tu opinión?
A pesar de parecer dos disciplinas opuestas, ambas requieren resistencia y habilidad encima del caballo, ya que el terreno es irregular o implica esquivar obstáculos. Personalmente, respeto mucho al toro y aprecio la doma vaquera; por lo que los encierros a caballo es una disciplina que combina a la perfección ambos aspectos. Creo que la sensación que tengo cuando estoy en un encierro es difícil de equiparar ya que, para mí, es la mejor manera de disfrutar de la bravura del toro suelto en el campo y de la capacidad deportiva del caballo.
Por otro lado, pienso que el endurance da la oportunidad de trabajar al caballo en el campo, pero implica un entrenamiento continuo de ambos que, por motivos de estudio, no he podido desarrollar.
¿Que crees que podríamos hacer desde la Asociación de Caballistas para atraer a la gente joven al mundo del caballo?
Creo que las actividades que se organizan desde la Asociación han conseguido que los caballistas del Nordeste nos conozcamos mejor y compartamos nuestra afición. Cuando empecé a montar, era de las pocas chicas jóvenes que iba a los encierros, pero tanto este año como el anterior, he notado un aumento del número de gente joven que se apunta cada vez más, sobre todo en la zona de Cantalejo y Cuéllar. Por ello, pienso que seguir proponiendo actividades de otras disciplinas permite atraer a nuevos aficionados y mantener los que somos. Al fin y al cabo, es lo que nos gusta, por lo que está en nuestra mano mantenerlo para seguir disfrutándolo durante muchos años.
Muchas gracias por la entrevista y ¡ mucha suerte !
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