jueves, 30 de abril de 2015

La travesía de Cantalojas




Existe una ruta mítica entre los caballistas del nordeste segoviano. Es la travesía de Cantalojas, pueblo de la provincia de Guadalajara, situado a unos 40 kilómetros de Riaza. Nadie mejor que los caballistas de La Tinada del Cadagua conoce todos los senderos y los bares de los caminos de la Sierra de Ayllón, que limita con Segovia, Soria y Guadalajara. 

Primera jornada

Partimos de la cuadra en Riaza. Atravesamos el monte de robles hasta llegar a Martín Muñoz en la falda de la sierra de Ayllón. 

Una empinada subida pone a prueba a caballos y jinetes, con un desnivel de más de 700 metros hasta pasar el pico de la Buitrera (2045 m.). El paisaje de alta montaña a caballo es espectacular. Mientras las vistas de la estepa castellana van quedando tras las grupas de los caballos, comienza un bajada sin sendero por un terreno resbaladizo cubierto de troncos secos de pinos entre matorrales de brezo. 

Tras la subida de adrenalina, aparece un camino forestal que se adentra en el barranco de la Tejera Negra, un lugar mágico que discurre entre las aguas serranas del río Zarzas que desembocaran finalmente en el Tajo. Declarado Parque Natural en 1978, la zona cuenta con un microclima propio que junto a su aislamiento, ha permitido la conservación de singulares masas vegetales, especialmente el haya. Del haya se dice que es un árbol muy exigente al que le gusta tener la cabeza mojada y los pies secos. Es decir, necesita mucha humedad, pero no tolera los encharcamientos. En Tejera Negra llueve bastante para satisfacer a las hayas (algunas de más de 300 años) y las empinadas laderas proporcionan un eficaz drenaje. Ambos efectos, en combinación, han permitido conservar este hermoso bosque desde hace siglos. 

Enmudecidos por la grandiosidad del paisaje, con el sordo sonido de los cascos pisando el pedregoso terreno llegamos a Cantalojas, donde dice la tradición que ya se asentaron los vaceos. El lugar es ideal para el pastoreo de altura y la crianza ganadera. Cantalojas perteneció tras su reconquista cristiana de la zona, al Común de Villa y Tierra de Ayllón permaneciendo en él hasta épocas recientes. En la provincia de Guadalajara quedan cuatro pueblos del Comun de Ayllon: Campillo de Ranas, Cantalojas, Majaelrayo y Villacadima. Estos cuatros formaban una Selma: la de Transierra, pues están situados en la vertiente meridional, rindiendo sus aguas al Tajo. Estas Sesmas eran regidas por un sesmero, elegido entre los hombres de la demarcación, que pagaban cierta cantidad al señor de Ayllón, al tiempo que contribuían con hombres de armas a sus ejércitos.

Segunda jornada

Tras el merecido descanso en un hotel de la zona y de los caballos en un bonito prado, arrancamos el camino de vuelta con previsión de lluvia fuerte. Tomamos un sendero rumbo nordeste que discurría entre hierba y matorrales donde pastaban plácidamente las vacas que viven en libertad en la montaña. 

Acompañados con el rumor de las aguas del río Lillas remontamos el valle coronando el Collado del Puerto Infante (1485 m), ruta utilizada antiguamente para unir Cantalojas con los pueblos del valle segoviano de Aguisejo. Desde la cumbre se vislumbra El Muyo, uno de los Pueblos Negros, llamados así por su característico color de la pizarra utilizada como material principal en sus construcciones. 

Comienza a llover. La ruta que seguimos nos lleva del El Muyo a Serracín y a Becerril, todos ellos con edificaciones de pizarra negra. Entre montes de robles y jaras vamos recorriendo un paisaje del mismo color que el las casas de los hombres que los habitaban. Hubo un tiempo en que las gentes levantaban sus moradas sólo con aquellos materiales que quedaban más a mano. Es la forma en la que los paisajes circundantes pasaban a formar parte del lugar de residencia. Y es por eso por lo que los núcleos rurales que han sabido conservar mejor sus rasgos de personalidad arquitectónicos aparecen armoniosos, apetecibles y bellos, enmarcados en un territorio del que forman parte. 

Con estos pensamientos continuamos la bajada hasta Cinco Villas, mientras arrecia la lluvia. Remontamos el cauce del Río Riaza, atravesando Gomez Narro. Estos dos pueblos pertenecían a la Comunidad de Villa y Tierra de Fresno de Cantespino. Completamente empapados, a pesar de las capas, recalamos en la Tinada del Cadagua, donde nos espera la lumbre encendida y un cuadra caliente para nuestras valientes monturas.








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