Durante los cuatro días de la feria del caballo, Madrid Horse Week 2014, varios grupos de caballistas del Nordeste de Segovia han visitado la feria. Esta es nuestra crónica de la visita.
La Feria se componía de tres pabellones en el recinto ferial de Ifema. Según accedías al pabellón principal, se veía un pista de arena a la izquierda, donde cada media hora aproximadamente, había un espectaculo de caballos o pequeñas sesiones divulgativas sobre todo tipo de temáticas equinas. Estuvimos viendo como nos hablaban de acupultura y caballo, de como dar masajes terapéuticos a los caballos o herrar en caliente. Asistimos también a un espectaculo de sevillanas y doma, y a uno de caballos de circo.
En este pabellón había otras dos pistas, un pequeña para que los niños montaran en pony montada por una hípica de Madrid y una pista grande con obstáculos de salto, que servía de pista de calentamiento para los jinetes y amazonas participantes en el campeonato del mundo de salto. Nos llamó la atención los jinetes tan jóvenes que están ya en el campeonato del mundo. Había una amazona de 12 años que saltaba 1,25 metros sin problema. Los caballos eran impresionantes. Fuertes, grandes, bueno, enormes, todos esquilados y muy guapos, y, con una doma espectacular.
Entre las dos pistas estaban lo estands. Había una buena representación de varias marcas de equipación ecuestre, remolques para caballos, empresas de diseño y construcción de instalaciones hípicas... También había propuestas distintas e interesantes, como la Escuela de Volteo de Madrid, las visitas guiadas de Hipotour en el hipódromo de Madrid, la Escuela de Herradores de Sierra Norte, o el Hospital Clínico Veterinario UAX, de la universidad Alfonso X el sabio, especializado en caballos.
En el segundo de los pabellones estaba instalada la pista para la prueba del Campeonato del Mundo de Salto, principal atracción de público y medios de comunicación del evento. Una grada ocupaba uno de los lados y resto compuesta por palcos VIP a pie de pista. Era asombroso y un placer ver la facilidad aparente con la que hacían el difícil recorrido de saltos los binomios, manteniendo una buena velocidad a galope para no ser penalizados por exceso de tiempo.
El tercer pabellón se destinaba a cuadras y logística para los caballos y no era accesible al público. Había mucho público, sobre todo familias con niños y mucho aficionado al caballo, en lo que se considera el evento hípico más importante de España, que ha merecido la pena a todos los caballistas del Nordeste que nos hemos desplazado hasta Madrid.
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