En equitación se le llama caballo invertido aquel al que por mal uso de las ayudas de su jinete invierte el cuello y hunde el dorso, aunque también se puede deber a una conformación morfológica.
En equitación, el caballo que va invertido tiene la nuca bloqueada, el cuello invertido y la cara muy alta, casi en la horizontal. El dorso se hunde juntando las vértebras provocándole dolor. Puede ser consecuencia del mal uso de las ayudas del jinete, que provoca en el caballo resistencias en la mandíbula. Además de la mandíbula, el jinete actúa continuamente sobre las articulaciones de la nuca, el cuello y el dorso del caballo. El caballo nos comunica que no lo estamos haciendo bien invirtiéndose despapando o encapotándose, que es la hiperflexión, lo contrario a ir invertido. Entonces decimos que no está en la mano, está delante de la mano o detrás de la mano.
El Maestro Nuno Oliveira nos dice que debido a su conformación no todos pueden llevar su cabeza cercana a la vertical, por tener el cuello invertido o demasiado corto. Los caballos de cuellos cortos y gruesos no pueden ser ligeros cuando están en la mano, estará unido por la fuerza y la tracción sobre las riendas, así le falta la alegría, la ligereza y la flexibilidad; no llevara el cuello extendido y levantara la cabeza cuando el jinete tira de las riendas, el caballo se volverá un estrellado (con la nariz al viento). Si el caballo tiene el cuello cóncavo, se trabaja con extensiones y variaciones de marcha, transiciones, incurvaciones y gimnasia, las manos del jinete lo más suaves posible, premiar y permitirle ir con riendas flojas, terminara teniendo contacto con la mano y reuniéndose.
El Maestro Nuno Oliveira nos dice que debido a su conformación no todos pueden llevar su cabeza cercana a la vertical, por tener el cuello invertido o demasiado corto. Los caballos de cuellos cortos y gruesos no pueden ser ligeros cuando están en la mano, estará unido por la fuerza y la tracción sobre las riendas, así le falta la alegría, la ligereza y la flexibilidad; no llevara el cuello extendido y levantara la cabeza cuando el jinete tira de las riendas, el caballo se volverá un estrellado (con la nariz al viento). Si el caballo tiene el cuello cóncavo, se trabaja con extensiones y variaciones de marcha, transiciones, incurvaciones y gimnasia, las manos del jinete lo más suaves posible, premiar y permitirle ir con riendas flojas, terminara teniendo contacto con la mano y reuniéndose.
Lucy Rees nos habla de la tensión, que el caballo se tensa por miedo, confusión, conflicto y dolor. La tensión afecta a los músculos, los de la línea superior al ser más fuertes tienen mucho efecto en la postura del caballo y el caballo se invierte. Al contraerse el músculo longísimo (que es largo y está en la columna en las apófisis) se arquea la columna hacia abajo juntándose las vertebras causando dolor, se bloquea la zona lumbar y el caballo no puede avanzar. Tener en cuenta que el caballo nunca puede avanzar más que donde pone la punta de su nariz, si tiene la cabeza extendida avanza más, si está invertido su cabeza está muy arriba y avanza poco. Viene la fuerza o impulsión del «motor» (los cuartos traseros) pero no se transmite hacia delante y el caballo «retrota», así se pueden lesionar tendones, aparecen vejigas, se puede enfosar, o aparecer la enfermedad navicular, tiene el dorso frío con dolor teniendo que calentar los músculos previamente. Si tiramos de las riendas cuando está invertido empeoramos la situación.
Existen consecuencias negativas cuando el caballo invierte el cuello. Un caballo que eleva la cabeza mientras presiona hacia abajo con el cuello su línea superior se invierte, la cruz se hunde, el dorso se vuelve cóncavo y los posteriores no entran. Deberemos montarlo en posición de estiramiento para conseguir desarrollar la musculatura en la unión del cuello con la cabeza.
Así lo dejo dicho Jean Licart «No se puede luchar contra el cuello invertido empujando con las manos fijas y bajas, empujando contra articulaciones mal dispuestas. Cuando más eleva el caballo la cabeza, es más necesario elevar las manos, para que las acciones de las riendas se produzcan de abajo hacia arriba. Combatir la inversión del cuello con extensiones e incurvaciones que alargan el cuello».
No es lo mismo invertir el cuello que elevar el cuello. Cuando el caballo eleva el cuello, eleva la cabeza y la base del cuello, desplaza la cruz y el tórax (dorso) hacia arriba. Así los músculos largos del dorso (longísimo) están relajados y los riñones y los posteriores al poder flexionarse se remeten.
Sobre la necesaria elevación del cuello nos habla Philippe Karl «En libertad, el elevador de la base del cuello y los músculos abdominales trabajan en sinergia, al galope en la fase en la que el caballo eleva el cuello, los posteriores remeten bajo el cuerpo y se extienden mientras el caballo baja el cuello. La elevación de la base del cuello no es sólo una necesidad de equilibrio, sino también una condición imprescindible para el arremetimiento oportuno de los posteriores. También el papel crucial que desempeña la elevación del cuello en las transiciones y en el desarrollo de la reunión».
El maestro español Luis Ramos Paul nos deja para reflexionar estas sabias palabras: «El caballo aprende a usar su cuello como si fuera una balanza para conseguir el equilibrio deseado. Arqueándolo y recogiéndolo en los aires reunidos y estirándolo en los aires de más amplitud. El cuello hay que ejercitarlo, dejándolo libre con muchas bajadas de cuello. El caballo que no sepa estirar su cuello y tirar de las espaldas nunca mostrará grandes deseos de ir hacia delante (que es la impulsión). El motor se encuentra en el tercio posterior, delante del motor se encuentra más de la mitad del caballo. Empujar a medio caballo por detrás y darle la libertad al otro medio por delante».
¿Qué podemos hacer para mejorar?
Como bien dice el maestro Nuno Oliveira, para mejorar un caballo invertido se puede trabajar realizando extensiones, transiciones con variaciones de marcha e incurvaciones suaves.
En caballos con el cuello invertido las cesiones de manos permiten el alargamiento del cuello y las incurvaciones descomponen la resistencia de los inversores del cuello descendiendo la cabeza.
El caballo con el cuello invertido tiene los músculos de ambos lados, el esplenio y complexo tensos y el musculo braquiocefálico se estira (músculo que está en la parte baja del cuello). La flexión lateral del cuello es incompatible con el cuello invertido al igual que con el cuello encapotado, flexionamos el cuello lateral y alargando sin emplear la fuerza.
Un caballo invertido con la articulación cérvico torácica muy bloqueada, lo podemos trabajar pie a tierra a la cuerda haciéndole saltar hacia arriba un escalón alto.
Trabajar en subidas a los caballos invertidos, los de dorso estrecho o los que tienen mala musculatura. En subidas tienen que estirar el cuello utilizando sus músculos alrededor de la cruz (trapecio).
Trabajar en bajadas, el caballo tiene que remeter los posteriores.
Trabajar realizando paso atrás, también remete los posteriores, muy bueno si le hacemos paso atrás cuesta arriba en subidas suaves.
Trabajar haciendo ejercicios con barras de tranqueo, pie a tierra y montados. A una altura de 30 centímetros empezando con mucha menos altura, al paso las barras estarán distanciadas entre 90 y 105 centímetros, al trote entre 128 y 137 centímetros, y al galope entre 3 y 3,30 metros. El caballo bajara su cabeza y extenderá el cuello.
Otros ejercicios buenos para corregir el cuello invertido son cesión a la pierna y la llamada «aspirina de la doma» que es la espalda adentro.
La mejor forma de fortalecer los aductores es subiendo y bajando cuestas, teniendo fuertes los aductores el dorso no se hunde tanto.
Artículo de David Muriel Holgado, publicado en Equisens
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