Carlos Cuesta fundó en 1988 Yeguada Cuesta, en Cantalejo, un referente en la cría de caballos de deporte en España. Veterinario y gran entusiasta de la cría de caballos, en sus instalaciones atienden no solo a sus yeguas madre, si no a decenas de criadores que acuden a Cuesta por sus magníficos resultados.
Carlos, un honor entrevistarte en nuestro blog, ¿como llegaste al mundo de los caballos y como fueron tus inicios?
Mis primeros contactos con los caballos fueron en el pueblo donde teníamos animales para trabajar, y montábamos y enganchábamos para realizar las labores y también para festejar, y eso lo tienes ahí latente hasta que un día y después de muchos años, visitando a un amigo y colega veterinario en Tremp, academia de suboficiales, en el norte de la provincia de Lérida, volví a montar y ahí empezó todo. Y también empezó lo de la cría, pues un alemán había traído un semental trakehner y unas yeguas por la zona y lo había vendido todo después de un tiempo. Y recorrimos parte del pirineo buscando por pueblos abandonados y dimos con parte de ellos, comprando el caballo Heino y una yegua, Thea, en un sinfín de peripecias y aventuras cerca de Sort.
Con estos primeros animales y posteriormente otra yegua, Danja, empezamos a criar, y nuestro primer potro Serbal, fue campeón de cuatro años en Cataluña.
Después adquirimos otras yeguas trakehner y un semental Westfaliano negro, padre del actual Gaélico, y unas yeguas westfalianas en la yeguada La Bruguera en Bañolas, a Felipe Geli, una gran persona, y que me dio todo tipo de facilidades.
Partiendo de cero fuimos montándonos nuestras propias cuadras y criando, aprendiendo y valiéndose de mi profesión y mis conocimientos de mecánica y construcción y currando mucho, y aprovechando las vacaciones, hemos logrado tener unas instalaciones prácticas y cómodas, hasta un picadero cubierto que traje de Madrid y montamos aquí, un sinfín de hechos a lo largo de estos casi treinta años.
Nuestro proyecto se basa en criar caballos de las mejores lineas de salto y doma, utilizando semen de los sementales más cotizados y ponérselo a nuestras yeguas, cada vez más seleccionadas por sus actitudes y su belleza, sin olvidarnos del carácter, que es muy importante, para intentar obtener potros que puedan salir al mercado en condiciones de competir con el resto.
Pero nosotros también damos servicio a otros criadores que nos traen sus yeguas a cubrir con nuestros sementales o con el semen que ellos compran, tanto refrigerado como congelado, y con los que obtenemos los mejores resultados y así se nos reconoce.
También realizamos venta de heno de hierba que nos sobra de nuestros prados, ya que nosotros realizamos tanto la siega como el empacado, vamos que tarea no nos falta. Somos los únicos suministradores del Cecyl debido a la calidad del producto que ofrecemos.
Vivir de la cría de caballos es imposible a no ser que tengas unos medios para poner un proyecto en marcha en el que los gastos son muy elevados, y hay que tener en cuenta que pasan años desde que compras una yegua hasta que vendes un potro suyo, si todo sale bien.
Os especializasteis en caballos de deporte y con sementales del norte de Europa, ¿cual es la visión que tienes sobre este tema?
Nuestros potros como he dicho antes son animales de buen carácter y buen físico, con buenos orígenes y tanto en doma como en salto tienen buena aceptación debido a esas cualidades, y las intentamos mejorar continuamente. Ahora estamos teniendo de ocho a diez potros al año, pero estos años de atrás estábamos en cuatro a seis, ahora tenemos más yeguas y también alguna que no es nuestra, que está criando en casa, otro factor que también ayuda a la sostenibilidad del proyecto
Cuando encontramos a Heino y Thea en el pirineo, me quedé impresionado por su belleza, su fuerza y su carácter, me decía Enrique Font, el anterior dueño, que subía la montaña al trote con Heino, y lo llevaba con una cabezada de cuerda, sin hierro, y con alguno de sus hijos montado detrás...Aquí lo montaba una niña de 14 años después de sacarlo a cubrir. Y no por eso dejaba de ser un caballo con mucha fuerza, más de un jinete experimentado ha salido disparado en el salto.
Pues bien eso es lo que tienen estos caballos, son caballos nacidos para el deporte, con ellos haces ejercicio de verdad si sales al campo, y poseen unas aptitudes y unos movimientos congénitos. Recuerdo que Pillip Davenport me decía: estos caballos tuyos hacen natural lo que a otras razas que aquí tenemos, tardo dos años en sacarles.
¿Como ves la situación de la equitación y la cría de caballos en nuestra zona de Segovia?
Por lo que conozco, veo que hay movimiento en algunos centros y hay afición a montar, quizás menos de lo que cabría esperar, veo que hay mucha gente que monta pero no mucha concursando en salto y doma clásica, al menos no se ven en los concursos, si bien es verdad que cada vez hay más jinetes que se mueven para recibir clases de profesores cualificados, que tienen interés en aprender a montar bien, pero que no dan el paso de concursar, que es donde realmente van a comprobar lo que saben. Ya comprendo que es costoso y animo a que lo hagan, no hace falta tener un caballo espectacular, ahí se valora la doma. El salto lo veo aún más focalizado, Riaza, Segovia, y alguno que otro suelto en Cantalejo y la zona del Espinar. Otras disciplinas, desconozco.
¿Que le recomendarías a un propietario particular que quisiera criar potros?
Ya he dicho antes lo que supone criar, esperar mucho tiempo y que no haya percances por el camino. Lo ideal sería que fuera una actividad complementaria a otras, es decir que un ganadero que disponga de espacio y medios tenga una o dos yeguas, como hacen en Europa y saque uno o dos potros a bajo coste. Si no dispones de pastos y maquinaria, es difícil hacerlo rentable, aunque también puedes hacerlo como capricho y no valorar estos factores.
Por último, parece que tenemos algunas personas jóvenes en nuestra zona que quieren dedicarse a ser veterinarios de caballos, ¿que les puedes aconsejar?
La veterinaria actual poco se parece a la que existía cuando yo empecé, ahora hay más trabajo en équidos y perros, y casi inexistente en otras especies a nivel de clínica.
Yo les diría que tienen que estar muy seguros de lo que les gusta, que tienen que abrirse hueco entre lo que ya existe, y por lo tanto han de estar muy convencidos de que este trabajo supone estar dispuesto todo el día, desplazarse continuamente y cualquier día de la semana. Yo realmente no me he dedicado a la clínica, lo que he hecho ha sido en la yeguada, por no disponer de tiempo. Es mi hijo Patxi el que ahora hace clínica y se dedica más a ello, yo sigo haciendo reproducción aquí en casa y atendiendo el resto, en la cría siempre hay cosas que hacer.